Hace unos días me llegó un vídeo en el que se parodia la
situación actual de los videojuegos, arremetiendo contra EA y la edición
inglesa de IGN. Estuviese o no de acuerdo con la crítica hacia estas dos
compañías (que no viene al caso), me hizo reflexionar sobre cuál es el futuro
de la industria de los videojuegos. Más allá de las nuevas consolas, de su
potencia y de cuándo se va a dar el cambio generacional: mi pensamiento se
centró en esas sagas que se reciclan una y otra vez con un número cada vez
mayor tras su nombre, en esos DLC para incentivar el gastarnos más dinero aún
de lo que vale el juego (por si fuera poco). Probablemente es un tema bastante
trillado en algunas conversaciones, pero no puedo evitar hacer una reflexión
sobre ello y descargar un poco mi ira sobre lo que me parece una tomadura de
pelo.